martes, 9 de noviembre de 2010

Reflexión: Semillas para papás


Había una vez un hombre que todos los días tomaba un  autobús para ir al trabajo. 
Una parada  después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana.
La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto iba tirando algo por la ventana.
Siempre hacía lo mismo, hasta que  un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana
- ¡Son semillas! – le dijo la anciana
- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?
- ¡De flores! Es que miro afuera y está todo tan vacío…
Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería hermoso?
-         Pero las semillas caen encima del asfalto, las  aplastan los coches, se las comen los pájaros… ¿cree que sus semillas germinarán al lado del camino?-
-         Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, otras más acabarán en la cuneta y, con el tiempo, brotarán-. 
-         Pero…tardarán en crecer, necesitan agua…-  replicó el hombre. 
-         Yo hago lo que puedo. ¡Ya vendrán los días de lluvia!-afirmó la mujer.
La anciana siguió con su labor y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la señora había perdido un poco la cabeza .
 Unos meses después, yendo al trabajo, el hombre mira por la ventana y descubre todo el camino lleno de flores… ¡Todo  lo que veía era un colorido y florido paisaje!
Se acordó de la anciana, pero hacía  días que no la veía, así que preguntó al conductor:
-         ¿Y la anciana de las semillas?  
-         ¡Ah, ella! pues… ¡ya hace un mes que murió! 
El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.
Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo? ¡No ha podido ver su obra! 
De repente, oyó la risa de un niña pequeña que señalaba entusiasmada las flores…
- ¡Mira, papá! ¡Mira cuántas flores!
¿Verdad que no hace falta explicar mucho?
La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejó  su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que la quisieran  contemplar, para hacerlos más  felices.
Dicen que ese hombre, desde  aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas que…
Esta presentación está dedicada a todos aquellos padres de familia que hoy, más que nunca, luchan y se esfuerzan cada día por formar seres humanos nobles, generosos y comprometidos.  
Tal vez no puedan ver cómo crecen las semillas plantadas y las esperanzas sembradas en el corazón de sus hijos, pero  trabajan con el entusiasmo y la seguridad de que lo que realizan dará fruto a su tiempo.
Porque… educar es enseñar caminos.
http://reflexionesdiarias.wordpress.com/2005/12/06/las-semillas/

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