martes, 11 de enero de 2011

El México Prehispánico: Modelo de Ecología para el Mundo


*Los aztecas, precursores de la ecología
*Hidroponía, cultivos innovadores que datan del siglo XVI

Con auténtica preocupación y solidaridad por el deterioro ambiental de nuestro planeta, de nuestras tierras mexicanas, y como una alternativa de acción, con resultados comprobados, pongo a la amable consideración, de usted, amigo lector, estas conclusiones que a ciencia cierta sabemos que por muchos años, fueron ejecutadas logrando el propósito para el cual fueron creadas, sin generar daños colaterales. 
Toda sociedad engloba valores, ideologías y estilos de vida, que se han desarrollando a lo largo de la historia. Dos de estos contextos, el geológico y el ecológico, son ejemplos muy claros de las buenas decisiones que hace miles de años, fueron tomadas.
En el contexto ecológico, con un desarrollo sustentable, la forma de lograr avances sin destruir por completo su ecosistema lo ejecutaron las culturas y  civilizaciones prehispánicas, que utilizaban los recursos apropiadamente con el mejor cuidado y aprovechamiento posible, respetando sus tierras, su ideología, su cultura y su economía.
La cultura Azteca fue una civilización importante que aportó tecnologías al aprovechar con inmensa inteligencia sus recursos naturales; muchos investigadores proponen regresar a las prácticas de producción agrícola que se realizaban en la época prehispánica,  eficaces y sustentables, tanto, que se han internacionalizado en nuestra época. Con ellas se consideraban factores muy importantes las complementariedades de la diversidad ecológica y los espacios geográficos, adaptando la producción a diferentes productos para optimizar la oferta ecológica de diversas geografías, tomando en cuenta también, la fuerza de trabajo, la fertilidad de la tierra y sus procesos de regeneración para no sólo obtener la producción propia de la región sino además integrar  suelo nuevo, a través de la incorporación de la tecnología de la chinampa[1].
Si en el siglo XX sorprendió el desarrollo de la hidroponia (producción de plantas sin requerir tierra) más asombroso resulta lo que hizo el pueblo mexica durante los siglos XV al XVII, con la construcción de huertos que flotaban en la superficie de los lagos.
La tecnología desarrollada se basaba en la elaboración de una estructura parecida a la de las balsas de los náufragos: un armazón de grandes troncos que, aprovechando las características de resistencia a la humedad de los ahuejotes[2] (árboles que se sembraban a la orilla de las chinampas y al echar raíces en el fondo del lago —que no era muy profundo—), el huerto quedaba atrapado en un lugar fijo; atados con cuerdas de ixtle[3] que luego se iba completando con un entramado de ramas, cañas y troncos más delgados, una especie de esqueleto tejido, que posteriormente era cubierto con capas de guijarros, grava y tierra propia para la siembra.
Sorprendentes avances como sociedad alcanzaron, enmarcados en el respecto por la naturaleza (a quienes ellos adoraban como deidades) y en la conservación de sus campos, lagos, ríos y hábitat de las especies, que desafortunadamente, en la actualidad se encuentran en peligros de extinción y de alta contaminación.
En nuestros días es importante fomentar la cultura del aprovechamiento de las tierras con las que contamos en nuestro país, una forma de hacerlo es utilizando aquellas técnicas probadas que usaban nuestros antepasados con el asesoramiento adecuado por parte de especialistas comprometidos con la ecología, implementando acciones para la regeneración del suelo y subsuelo, incorporar estas estrategias que hace miles de años generaron prácticas de cultivos múltiples y combinados, creando los recursos naturales como huertos familiares, milpas y acahuales[4].
Las técnicas sustentables de producción, en el México Prehispánico se mantenía claro el concepto de percepción de los recursos naturales, dichas estrategias lograron una optimización de territorios, diferentes ecosistemas así como el alcance de grupos étnicos, esto, de acuerdo con las condiciones ambientales y territoriales de cada región, logrando una gran cooperación entre los diferentes pueblos y culturas para el cuidado y aprovechamiento de los recursos. 

Estas prácticas indígenas están siendo reproducidas en diferentes lugares como estrategias de supervivencia cultural y desarrollo sustentable, y así alcanzar esta racionalidad ambiental que es urgente atender. 
Regresar a nuestras raíces y concientizarnos de lo realmente importante y benéfico  por el bien de nuestra sociedad, es el mantener en armonía nuestras acciones y nuestro estilo de vida con el de la Madre Naturaleza, reconociendo con humildad la sabiduría con la que nuestros antepasados desarrollaron grandes civilizaciones que respetando el concepto de sustentabilidad, dejaron al margen el aspecto económico que hoy en día parece ser el eje rector predominante en el mundo. 
M. en Arq. Miguel Angel Galindo Aguayo
Contacto:
Lic. Sonia González Arana
Relaciones Públicas
Sistema Educativo Justo Sierra
Tel. 1086-8630
         sgonzaleza@ujsierra.com.mx
[1] Término azteca para referirse a una construcción de madera que servía para retener tierra de cultivo sobre una superficie lacustre.
[2] Salix bonplandiana es un árbol de la familia de las salicáceas, a la que pertenecen, entre otros, el sauce llorón.
[3] Fibra textil usada en México desde la época de Mesoamérica. Proviene del maguey, del género agave.
[4] Hierba alta y de tallo algo grueso de las que crecen en los sembrados.

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